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29 setembre 2016

Resultados de la campaña de excavación 2016 en la Cova del Bolomor (Tavernes de la Valldigna, Valencia)

La 28ena campaña de excavación en la Cova del Bolomor ha concluido con el descubrimiento de cuatro fósiles humanos, y el primer bifaz documentado en toda su secuencia estratigráfica

Los trabajos de campo en la Cova del Bolomor se han prolongado este año durante dos meses, ( del 1 de agosto al 25 de septiembre) y han incluido a más de 70 personas entre estudiantes, licenciados y doctores de diversas universidades y centros de investigación estatales e internacionales.

Uno de los objetivos de la campaña fue intervenir en la secuencia superior del sector occidental del yacimiento. Esta parte de la estratigrafía contiene uno de los niveles más fructíferos del yacimiento, el nivel IV, el cual fue excavado a principios de los años 90 y proporcionó más de 24 mil restos faunísticos y más de 4 mil líticos. Tras la determinación de las zonas no afectadas por los antiguos trabajos de cantería de la década de los años 1930, se procedió a la excavación de los niveles más recientes del yacimiento. Las tareas de excavación en esta zona lanzaron a la luz el hallazgo más significativo de la campaña: 4 fragmentos craneales pertenecientes a un homínido que habitó la Cova del Bolomor en sus momentos finales. Estos restos fueron confirmados por el Profesor Juan Luis Arsuaga del Centro UCM-ISCIII de Investigación sobre la Evolución y Comportamiento Humanos de Madrid, miembro del equipo de investigación de Bolomor. Dos de los cuatro fragmentos craneales poseen una fractura diagenética que remonta entre sí y permite situar la pieza en la zona parietal. Estos fósiles se unen a la colección de restos humanos que previamente se habían registrado en el yacimiento (una diáfisis de peroné, un molar inferior, un canino superior y un fragmento de parietal). Fruto de los nuevos hallazgos, se ha iniciado una colaboración con el Departamento de Genética Evolutiva del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology de Leipzig, Alemania, uno de los centros pioneros en paleogenética y paleoproteómica en restos humanos pleistocenos. Esta nueva línea de investigación en el yacimiento abre una nueva perspectiva para ver las relaciones de filogenia de los grupos humanos neandertales y pre-neandertales en la Península Ibérica en ambientes mediterráneos.

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Pero los hallazgos de la campaña no quedan aquí. La inesperada aparición de un bifaz en caliza micrítica, el cual se configura como el único elemento de estas características en el yacimiento, permite adentrarnos en el debate de la coexistencia de diferentes elementos tipológicos durante el Pleistoceno Medio. La existencia de esta pieza en Bolomor, la cual se asocia a un escaso número de restos faunísticos, permite plantear variables ligadas al carácter ocupacional y funcional específico de cada nivel.

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La continuación con la excavación en extensión del nivel XIII en el sector norte del yacimiento ha proporcionado también un pequeño conjunto de huesos termoalterados de pequeñas dimensiones que podrían apuntar a la existencia de posibles hogares, tal como se documentó en 2004 en el sector occidental del yacimiento y en el mismo nivel.

Los trabajos de excavación se han combinado con la toma de muestras para estudios polínicos, los cuales se están realizando por el equipo de José S. Carrión, catedrático de la Universidad de Murcia. Los muestreos también incluyeron la toma de muestras para datación, combinando diversos métodos como la Luminiscencia, la Resonancia Paramagnética Electrónica y el Paleomagnetismo, encabezados tanto por la Universidad de Adelaida (Australia) como por el CENIEH de Burgos.

Las excavaciones se llevan desarrollando de forma sistemática desde 1989 bajo la dirección de Josep Fernández Peris, y a partir de este año codirigidas también por Pablo Sañudo, de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, y Ruth Blasco, investigadora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos. Los trabajos en la Cova del Bolomor se iniciaron como parte de las intervenciones anuales del Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) de la Diputación de Valencia y con el permiso de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana.

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